
Feijóo ya tiene a esa ‘persona de la que usted me habla’ que patentó Rajoy al calor de las fechorías de Bárcenas y que se extendió a otros ilustres como Rato o Fabra. No soy quién para aconsejar a nadie, pero el PP debería emprender una purga en Génova orientada a la extinción de la plaga de topos comunistas y bolivarianos.
Solo así se entiende que la táctica de acoso y derribo al gobierno —pertinaz y estomagante a menudo, lo que no exime a Moncloa de responsabilidades— pase por la corrupción como dardo con el que apuntar a los otros. Eso no se le ocurre, como decía mi abuela, ni a quien asó la manteca, pero sí a un partido que ha convertido Soto del Real en una subsede. Tener poca vergüenza es una cosa y hablar en nombre del PP en estos asuntos otra. Viene a ser otra dimensión.
Un ejemplo entre tantos es el uso nauseabundo del suegro ya fallecido del presidente Sánchez mientras ahora se pretende presentar a Montoro como un tipo que pasó un par de veces por la sede del PP a ver si tenían calendarios. Que si ha pasado mucho tiempo de eso, que si no tienen vinculación laboral con el PP, que si el actual responsable de Economía del partido fue mano derecha de Montoro… Ah, no calla, que eso último no lo dicen.